¿Cómo funciona la sierra de calar?

Para empezar a utilizar, necesitas saber cómo funciona la sierra de calar. 

Antes de nada, debes trazar la línea de corte para que quede perfecto, así como fijar la pieza para que no se mueva en el momento en el que empecemos a cortar. Estamos ante una máquina versátil que incorpora una pequeña hoja de sierra.

Funcionamiento de la sierra de calar

Para poner en marcha la sierra de calar y cortar los materiales deseados, es importante conocer las distintas partes que componen esta herramienta. Entre ellas, el control de velocidad variable, el botón de encendido permanente (ideal para trabajos largos), el tubo de desalojo de polvo y el protector anti astillas, entre otras.

¿Qué tener en cuenta antes de trabajar con una sierra de corte?

• Tipo de corte
  • Corte recto: utiliza una guía paralela o una regla fijada
  • Corte circular: utiliza una guía especial
• Velocidad: la velocidad debe ser normal, un ritmo regular y se debe adaptar siempre al material que se va a cortar
  • Para el plástico, es mejor usar una velocidad reducida
• Hojas: las hojas deben estar en buen estado. Hay distintas hojas en función del material que se va a cortar, pudiendo ser hojas para madera, hojas para metal o bien hojas para cortar materiales de una menor resistencia.  

En el momento de cortar: 

• Cúbrete con gafas de seguridad, mascarilla, guantes anticorte para manipular el material y evitar posibles cortes, y orejeras para protegerse del ruido. 
• Comprueba siempre, antes de empezar a trabajar, el estado de las hojas.
• Utiliza la hoja adecuada según el material.

Estos son los pasos a seguir para hacerlo como un experto:

1. Utiliza guantes, gafas de protección y vestimenta adecuada de trabajo.
2. Apoya la parte delantera de la base de la sierra sobre la pieza a cortar
3. Separa la hoja alineada con la línea de corte
4. Conecta la sierra y hazla avanzar a un ritmo uniforme
5. Cuando estés llegando al final, reduce la velocidad

Si todo ha ido bien, habrás conseguido cortar la pieza con éxito. Eso sí, ¡no te olvides de quitar los restos que quedan en las esquinas!